Eduardo Hughes Galeano (Montevideo, 3 de septiembre de 1940) es un periodista y escritor uruguayo, una de las personalidades más destacadas de la literatura iberoamericana.
Sus libros han sido traducidos a varios idiomas. Sus trabajos trascienden géneros ortodoxos, combinando documental, ficción, periodismo, análisis político e historia. Galeano niega ser un historiador: "Soy un escritor que quisiera contribuir al rescate de la memoria secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina, tierra despreciada y entrañable". Se clasifica como un periodista que estudia la globalización y sus efectos negativos.
Nació en el seno de una familia católica de clase media con ancestros galeses, alemanes, españoles e italianos.
Durante su adolescencia transitó por diversos trabajos: fue mecánico de coches, recaudador, pintor de carteles, mensajero, mecanógrafo y cajero. A la edad de 14 años vendió su primera caricatura política al El Sol, el periódico semanal del partido socialista.
Comenzó su carrera como periodista a principios de los años 1960 como editor de Marcha (1960-64), un semanario que, bajo la dirección de Carlos Quijano, ejerció fuerte influencia en el pensamiento uruguayo de la época y que contó con contribuciones tales como las de Mario Vargas Llosa, Mario Benedetti, Manuel Maldonado Denis y Roberto Fernández Retamar. Durante dos años editó el diario Época y trabajó como editor en jefe en la prensa universitaria.
En 1973 el golpe militar tomó el poder y, debido a su involucramiento con corrientes marxistas (MLN-T), Galeano fue capturado y luego forzado a escapar. Se estableció en Argentina, donde fundó la revista cultural Crisis.
En 1976, cuando el régimen de Jorge Rafael Videla tomó el poder en Argentina mediante un golpe militar que daría origen a una dictadura, su nombre fue agregado a la lista de aquellos condenados por los escuadrones de la muerte, razón por la cual se vio obligado a huir nuevamente, esta vez a España, donde escribió su famosa trilogía Memoria del fuego.
Eduardo Galeano reside desde 1985 -tras finalizar la dictadura uruguaya- en su Montevideo natal, donde sigue haciendo su literatura y su periodismo de marcado tinte político.
Nuestro texto consistía en una denuncia o una crítica a la realidad que hoy vivimos en el mundo. A esta realidad que probablemente no es la que queramos, ni la que nos gustaría pero es la que hay.
La publicidad manda consumir y la economía lo prohíbe. Las órdenes de consumo, obligatorias para todos pero imposibles para la mayoría, se traducen en invitaciones al delito.
Este mundo, que ofrece el banquete a todos y cierra la puerta en la narices de tantos es, al mismo tiempo, igualador y desigual: igualador en las ideas y en las costumbres que impone, y desigual en las oportunidades que brinda.
Eduardo Galeano denuncia de forma irónica ésta problemática basandose en los derechos humanos.
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